La tradición de Conway Stewart
Hace cien años, dos ex empleados de la empresa De La Rue, Thomas Garner y Frank Jarvis, fundaron Conway Stewart.
Aprovechando el conocimiento y la experiencia adquiridos mientras trabajaban para De La Rue, Garner y Jarvis, dos empresarios asumieron un gran riesgo al dejar trabajos asegurados para iniciar una nueva empresa de reventa de plumas estilográficas fabricadas por otros fabricantes. Inicialmente, se centraron en importar bolígrafos a Inglaterra desde Estados Unidos.
Después de un arduo mes de ventas persistentes, la empresa cosechó los frutos de una facturación bastante saludable de más de 13 libras y 9 chelines. Este fue un gran logro considerando que el alquiler de su local comercial era de sólo cinco chelines a la semana. Aunque este volumen de negocios agradaría a muchas nuevas empresas, la fortaleza de De La Rue dificultó el éxito de la empresa.
en la venta de plumas estilográficas sin nombre. Ese mismo año, De La Rue supuestamente invirtió £50.000 en una campaña de promoción para su nuevo lanzamiento, el Onoto.
Sin embargo, Garner y Jarvis pronto se dieron cuenta de que había un público que deseaba instrumentos de escritura fiables y asequibles. Fue entonces cuando Conway Stewart empezó a captar un mercado entre los ingleses.
La década de 1920 fue una década excelente para propietarios ambiciosos. El dúo no solo registró el nombre de la empresa, Conway Stewart, sino que también la lista de mecanismos de llenado creció hasta incluir goteros, llenadores de palanca, llenadores de bomba y bolígrafos de seguridad. Si bien la primera de estas plumas era casi indistinguible de otras de ese período, en 1925 Conway Stewart estaba ganando terreno en términos de diseño. En 1924 se registró una marca comercial con el nombre Dinkie junto con una patente para un nuevo mecanismo de palanca de bloqueo. Conway Stewart estaba creciendo rápidamente en popularidad y demanda. Hasta tal punto que estaba quitándole cuota de mercado a otros fabricantes de bolígrafos dominantes. Otra introducción en esta época fue el uso de celuloide de colores brillantes. En la década de 1920, Conway Stewart ofrecía docenas de colores en sus diversas líneas, y el cliente podía elegir entre los estilos simples y conservadores o los más nuevos que marcaban tendencia. Las plumas de esta época eran de alta calidad pero seguían siendo asequibles.
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